En el duelo de necesitados

Demasiado premio para Atlético

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Una derrota que no apaga la esperanza 

En el duelo de necesitados, el “Aceitero” se

llevó más de lo que mereció de su visita a

Guaminí. Derrotó a Comercio con un gol

agónico de Gonzalo Bravo.

En el cotejo correspondiente a la 8ª fecha del certamen Apertura de la Liga Regional de Fútbol, Comercio tuvo la cabeza en otra parte menos en el Polideportivo. Se notó que inconscientemente jugó el partido ante At. Huanguelén pensando más en el clásico del domingo venidero. Por eso el último examen antes de enfrentar a Peñarol no resultó como lo imaginaba y necesitaba. Su dispersión la pagó con derrota por 1 a 0 que habrá que ver si deja efectos colaterales. Porque si le gana al rival de siempre esta situación quedará en una simple anécdota. Pero si no ocurre eso, entonces sí deberá revisar los papeles con detenimiento porque el conjunto dejó una imagen desmejorada en lo colectivo y todavía va a tener que cumplir con cuatro encuentros más en busca de la clasificación.

Por el lado de Atlético, encontró un triunfo en la única llegada que generó en el segundo período y cuando el partido caía. Hizo lo que más le incomoda a Comercio. Ejerció una presión en los receptores y no en los iniciadores de jugadas. Mucha intensidad y despliegue físico para cubrir espacios frente a un rival que se desorienta cuando no controla el trámite con largas poseciones.

En el primer cuarto de hora mostraron lo más interesante. Inquietó el local a los 2m cuando luego de un disparo de Herr no alcanzó a conectar Tesei entrando por el segundo palo. Contestó la visita a los 5m cuando Navaes anticipó a todos luego de un tiro de esquina efectuado por Palacio y obligó a una notable intervención de Van der Tuin. A los 8m el que se destacó fue Saad respondiendo ante una aparición de Herr y sobre los 14m Coccia le cedió el balón a Attadía que remató y entre la mano de Van der Tuin y el travesaño salvaron al local. Fue lo mejor del tiempo que contó con otra y fue para el dueño de casa. A los 38m Morel tocó para el desborde de F. De la Canal que la cruzó para la entrada de Testone y su potente remate dejó temblando a uno de los postes.

En el segundo tiempo fue el mismo delantero el que armó una jugada en lo que fue la primera de riesgo para destacar allá por los 24m. Buen toque para Guerra entre líneas, “Nani” abrió el pie y la colocó al segundo palo exigiendo a una brillante tapada de Saad. Sobre los 35m otra vez el golero ganó abajo en dos situaciones y en la misma jugada ante Morel y Sierra. Cuando corrían 43m N. De la Canal habilitó a Valdéz que la mandó para la volea de Testone que se fue cerca.

Y a los 47m llegó la inmerecida victoria para la visita en la única situación que tuvo (jugaba con uno menos hacía 30m). Tiro de esquina, mal rechazo de la defensa y el rebote le quedó servido a Gonzalo Bravo que con un potente remate al ángulo superior derecho puso el 1 a 0.

El local fue con todo en busca del empate en lo poco que quedaba –con arquero incluído- y lo tuvo a tiro en dos muy claras. En la primera y ante el apuro por despejar, un defensor pegó en el palo de su propio arco y en el envío del corner fue Herr quien conectó un disparo que se fue rozando el travesaño.

Párrafo aparte para el árbitro Juan Ariel Ferreyra. Sacó 13 tarjetas amarillas en un partido de trámite normal. Lo más llamativo que de los que merecieron la segunda –en algunos casos en más de una oportunidad- no recibieron tal sanción. Solo Fuhr fue expulsado. El suarense pagó por los otros; había recibido la primera amonestación en forma incorrecta, no por la protesta pero sí por la inexistencia de la falta que derivó en el reclamo. La buena predisposición de los jugadores impidió males mayores.

A Comercio no le salió ni la heroica. Cuando se metió en clima no tuvo a la fortuna de su lado. La mente estuvo puesta en el próximo domingo a la espera de dar el campanazo visitando a Peñarol. At. Huanguelén sumó tres puntos importantes que lo mantienen con chances intactas de clasificar, solo eso.

                                                                                             Aldo Mario Moro