
Hoy venia caminando con más precaución, esta vez seria yo el encargado de mirarlo detenidamente.... Pobre, como reaccionará pensé, ante la sorpresa de ser el, esta vez el observado.
Llegue a la vidriera caminando casi en punta de pie por miedo a que me escuchara venir y se hiciera el distraído mirando para otro lado. Quería tenerlo cara a cara y cuando al fin estuve frente a la vidriera.
Me enfrente con este supuesto espía y para mi propia sorpresa vi mi figura reflejada.
Era un espejo, el que con mis propios fantasmas interiores me angustio durante un tiempo.
Cuando comiences lector a temer algo de tu entorno, procura observar tus propios miedos reprimidos.
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